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Nanopartículas para reprogramar al sistema inmune en DT1 (en animales)

Un estudio publicado en Nature muestra un nuevo enfoque para el tratamiento de la enfermedad basado en nanopartículas, aproximación terapéutica que ha funcionado en varios modelos animales de enfermedades autoinmunitarias. La investigación ha sido desarrollada por el grupo que lidera el Dr. Pere Santamaria, de la Universidad de Calgary y del IDIBAPS, en colaboración, entre otros, con el Grupo de Investigación en Autoinmunidad: Diabetes Tipo 1 que dirige el Dr. Thomas Stratmann, de la Universidad de Barcelona​​.

La diabetes tipo 1 está causada por las llamadas células T autorreactivas del sistema inmunitario. Por error, algunas de estas células reconocen las células beta productoras de insulina del páncreas como si fueran invasoras, y las atacan como a una bacteria o un virus. Dado que las células inmunitarias que provocan la diabetes tipo 1 y otras enfermedades autoinmunitarias son una parte muy pequeña de todo el sistema inmunitario, el diseño de estrategias terapéuticas capaces de detener estas enfermedades sin atacar todo el sistema ha sido difícil.

Para que las células T se activen y destruyan las células beta, las primeras necesitan encontrar su antígeno destino —uno de los muchos fragmentos de proteínas expresadas por la célula diana— con ayuda de las llamadas células presentadoras de antígeno. Estas tienen como objetivo presentar esas dianas a las células T mediante unas proteínas especializadas llamadas moléculas del MHC (complejo mayor de histocompatibilidad). En pacientes con diabetes tipo 1, este proceso de activación conduce a la programación de las células T para que sean destructivas.

En la investigación publicada en Nature, los investigadores generaron moléculas MHC artificiales a modo de cebos recubiertos por nanopartículas, para engañar a las células T autorreactivas y reprogramarlas en células T reguladoras que permitiesen eliminar la enfermedad. En el estudio, este enfoque permite restaurar los niveles normales de glucosa en sangre en ratones diabéticos.

Este enfoque nanomedicinal se ha aplicado con éxito en otros modelos de enfermedades autoinmunitarias, como la artritis reumatoide y la esclerosis múltiple. El siguiente paso importante será probar este enfoque en los ensayos clínicos. El hecho de que ya haya funcionado en varios modelos animales de distintas enfermedades autoinmunitarias, incluyendo ratones trasplantados con células inmunitarias humanas, aumenta las esperanzas de que este enfoque terapéutico tenga éxito en la fase clínica.

http://www.ub.edu/web/ub/es/menu_eines/noticies/2016/02/020.html
http://www.nature.com/nature/journal/vaop/ncurrent/full/nature16962.html


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En 1922 descubrieron la insulina, en 1930 la insulina lenta. ¿Que c*** han hecho desde entonces?

Comentarios

  • He estado leyendo mucho sobre esto. Es realmente esperanzador. Va a tardar muchos años, pero tiene muy buena pinta.

    Ese es el objetivo a largo plazo y la cura definitiva de la enfermedad, encontrar el cómo decirle a nuestros linfocitos T que se han vuelto locos, que dejen de intentar matarnos. De momento es un sueño.
  • Ojalá sea así, siempre mantendremos la esperanza
  • Lo publiqué precisamente porque aunque el articulo de "Nature" es de febrero de 2016, este domingo lo citaba "La Vanguardia" como una de las 10 investigaciones mas prometedoras del pasado año.
    En 1922 descubrieron la insulina, en 1930 la insulina lenta. ¿Que c*** han hecho desde entonces?
  • Una entrevista al investigador hoy en La Vanguardia:

    El médico e investigador Pere Santamaria sabe lo que es tener una enfermedad autoinmune, en que el sistema inmunitario ataca por error tejidos y órganos del propio cuerpo. A los quince años le diagnosticaron miastenia gravis. Perdió fuerza muscular y tuvo que dejar por un tiempo el waterpolo. Los párpados se le caían al no poder contraer la musculatura que los controlan. Empezó a ver doble. Le trataron con inmunosupresores y, en plena adolescencia, la cara se le hinchó hasta el punto de tener “un aspecto nada atractivo”, recuerda. Pero lo que más le impactó fue el sufrimiento de sus padres. “Yo he sido testigo de lo que viven unos padres cuando tienen a un hijo con una enfermedad grave; lo pasaron peor ellos que yo”.

    Esto explica que, cuando descubrió una estrategia para tratar las enfermedades autoinmunes, se propuso convertirla en un fármaco que pueda llegar a los pacientes. Hubiera podido vender los derechos a una multinacional farmacéutica. Pero una multinacional podría invertir en el proyecto y después abandonarlo, como ha ocurrido en otras ocasiones. “Yo soy responsable de que estos fármacos tengan una oportunidad; quiero que se lleguen a ensayar en pacientes”. En uno de sus últimos trabajos, ha demostrado en ratones que es posible reprogramar las células inmunitarias que atacan los propios tejidos de modo que se conviertan en células protectoras.

    ¿Cómo se le ocurrió que se podían reprogramar las células inmunitarias?
    En realidad, este no era mi objetivo. En mi laboratorio trabajábamos en diabetes tipo 1, que es una enfermedad autoinmune que progresa durante años antes de causar los primeros síntomas. Queríamos averiguar si era posible detectar la inflamación del páncreas con resonancia magnética para conseguir un diagnóstico precoz de la enfermedad.

    ¿Consiguieron detectarla?
    Ideamos un experimento con nanopartículas de hierro equipadas con un anzuelo. Cuando los linfocitos del sistema inmunitario mordían el anzuelo, se comían el hierro, lo que nos permitía seguirlos. De este modo, si después atacaban el páncreas, podíamos detectarlo. Pero nos ocurrió algo totalmente inesperado.

    ¿Qué ocurrió?
    Cuantos más linfocitos llegaban al páncreas, menos probable era que los ratones se volvieran diabéticos. Lo normal hubiera sido lo contrario: cuantos más linfocitos, más inflamación y más riesgo de progresar hacia la diabetes.

    ¿Cómo avanzó a partir de ahí?
    La primera tentación fue tirar los resultados a la basura y abandonar el proyecto. Pero a mí me molestó tener unos resultados que no entendía. Le di muchas vueltas hasta que un día me di cuenta de que, si hacía una serie de suposiciones, podía explicar los resultados. Y recuerdo que pensé: “Si esta película que me estoy montando es cierta, tal vez esto sea un descubrimiento importante”.

    ¿Qué película se estaba montando?
    Las nanopartículas que habíamos utilizado tenían un fragmento de proteína de células del páncreas. El objetivo era que los linfocitos que atacan el páncreas reconocieran estas nanopartículas y pudieran comérselas. Me dije que, en lugar de seguir atacando el páncreas, tal vez los linfocitos que mordían el anzuelo se convertían en linfocitos reguladores, que frenan la reacción inmunitaria en lugar de potenciarla.

    ¿Qué lógica tiene?
    Nuestro sistema inmunitario nos defiende de enemigos. Pero, una vez los enemigos han sido eliminados, el ataque debe terminar. Por lo tanto, se han desarrollado sistemas de autocontrol a lo largo de la evolución para no causar daños. Hemos descubierto que este autocontrol se basa en reconvertir células destructivas en células reguladoras. Con las nanopartículas, estaríamos estimulando este proceso natural que ya existe.

    ¿Podría ser útil para tratar la diabetes tipo1?
    No sólo la diabetes tipo 1, sino cualquier otra enfermedad autoinmune. Con esta estrategia, podemos identificar las proteínas necesarias para reconvertir los linfocitos que destruyen los tejidos en linfocitos que interrumpen el ataque.

    ¿Han probado si funciona?
    Lo hemos probado en ratones con enfermedades autoinmunes como las humanas y también en ratones humanizados. Es decir, ratones que tienen células inmunitarias de pacientes. Empezamos con diabetes tipo 1, esclerosis múltiple y artritis reumatoide. Después lo hemos ampliado a cuatro enfermedades más. En todos los casos, se han resuelto los procesos autoinmunes.

    ¿Con qué efectos secundarios?
    Ninguno significativo, lo cual es muy importante. Los tratamientos actuales contra las enfermedades autoinmunes se basan en suprimir el sistema inmunitario en conjunto, de modo que comprometen la capacidad de luchar contra cánceres e infecciones. Nuestras nanomedicinas, por el contrario, suprimen únicamente aquellos linfocitos que atacan nuestros propios tejidos.

    ¿Tiene previsto realizar ensayos en personas?
    Si esto funciona, serán fármacos ideales para tratar enfermedades complejas y graves que hoy día no tienen un tratamiento adecuado. Yo quiero derrotar estas enfermedades. Pero el ritmo de avance está vinculado a la financiación. Desarrollar un fármaco completamente nuevo como este y llevarlo hasta la fase de ensayos clínicos requiere unos 30 millones de dólares. Hemos creado una compañía y ya tenemos 26 patentes adjudicadas. Tenemos previsto empezar el primer ensayo clínico dentro de unos tres años en personas recién diagnosticadas de diabetes tipo 1.

    http://www.lavanguardia.com/ciencia/quien/20170219/42150787821/premio-vanguardia-ciencia-entrevista-pere-santamaria.html
    En 1922 descubrieron la insulina, en 1930 la insulina lenta. ¿Que c*** han hecho desde entonces?
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