Diabetes gestacional: la detección precoz es la clave

La diabetes gestacional se detecta sólo durante el embarazo y se advierte por la elevación de los niveles de glucosa en sangre durante la gestación. Puede provocar aumento de peso del bebé, parto prematuro y mayor indicación de cesáreas.

Los elevados niveles de glucemia en sangre (hiperglucemia) durante el embarazo generan aumento de la insulina en el feto lo que podría producir inmadurez de algunos órganos y aumento de peso en el feto.

Es necesario distinguir entre las mujeres que tienen diabetes (tipo 1 o tipo 2) que buscan un embarazo de aquellas que desarrollan la patología durante la gestación. “La diabetes gestacional se diagnostica, por lo general, después de la semana 20ª. Si se detecta en una etapa más temprana, es posible que haya tenido esta diabetes antes de quedar embarazada”, explica Carolina Fux Otta, especialista en Endocrinología y jefa del Departamento de Endocrinología y Diabetes del Hospital Universitario de Maternidad y Neonatología de Córdoba.

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–¿Quiénes pueden padecer esta patología?

–La diabetes gestacional puede producirse en una embarazada sin factores de riesgo previos. Las pacientes que tienen mayor probabilidad de desarrollar diabetes gestacional son las que tienen más de 30 años, hayan tenido otros niños de más de cuatro kilos al nacer, antecedentes de diabetes en embarazos anteriores, familiares de primer grado con diabetes, obesidad, síndrome de ovario poliquístico o aumento de la presión arterial. No obstante, y como también puede desencadenarse en mujeres sin ninguno de estos factores, el obstetra solicita en la primera consulta un análisis de glucemia. Y repite el pedido durante la segunda mitad de la gestación.

–¿Cuáles son los síntomas?

–La diabetes gestacional generalmente es asintomática salvo que los niveles de azúcar (glucemia) en sangre sean muy elevados.

En ese caso, puede presentarse mucha sed, apetito, orinar mucho o tener infecciones. En los controles ecográficos, se pueden encontrar señales como el aumento del líquido amniótico, alteraciones del crecimiento y del bienestar fetal.

–¿Cómo se detecta?

–Con una prueba de tolerancia oral a la glucosa que consiste en ingerir 75 gramos de glucosa diluidos en agua. Se efectúa una extracción de sangre antes y dos horas posteriores a la ingesta para medir niveles de glucemia. Este estudio se pide entre la semana 24 a 28 del embarazo y si la mujer presenta factores de riesgo para diabetes se repite entre la semana 31 a 33 de gestación.

En las embarazadas con factores de riesgo evidentes para diabetes la prueba se puede realizar antes.

–¿Cuál es el tratamiento?

– Una vez realizado el diagnóstico de diabetes gestacional es importante educar a la paciente para que logre un adecuado control metabólico, fundamental para la salud de la madre y su bebé. Los controles clínicos consisten en realizar una curva de peso, control de la presión arterial y evaluar la presencia de edemas en miembros inferiores.

La paciente realizará los controles glucémicos y ecográficos para evaluar el bienestar y crecimiento fetal.

–¿Cuál es la relación entre aumento de peso durante el embarazo y esta patología?

–Sugerimos un adecuado aumento de peso durante el embazo dependiendo del estado nutricional previo ¿Por qué? En un embarazo normal hay cambios hormonales y metabólicos para asegurar la adecuada llegada de nutrientes al feto. Durante la segunda mitad de la gestación existe un mayor efecto diabetogénico ya que aumenta la insulino resistencia; esto genera que las células beta del páncreas secreten 1,5 a 2,5 veces más de insulina para mantener los niveles de glucemia normales.

Cuando se reduce la capacidad secretara de la célula beta se instala la diabetes gestacional. En las pacientes con obesidad, que ya tienen insulino resistencia, el embarazo exacerba la misma generando un riesgo mayor de desencadenar diabetes. Si el control metabólico no es óptimo, se puede generar aumento del líquido amniótico, parto prematuro y mayor indicación de cesáreas.

La hiperglucemia de la madre genera hiperglucemia fetal e hiperinsulinismo fetal compensatorio. Este aumento de la insulina en el feto puede generar hipertrofia de tejidos del hígado, del tejido adiposo y corazón y puede provocar macrosomía (bebés grandes) con las consecuentes complicaciones en el parto.

Además, si no hubo control metabólico adecuado el aumento de insulina en el feto puede generar inmadurez de algunos órganos generando consecuencias al nacer como problemas respiratorios, disminución de los niveles de calcio, glucemia e ictericia.

Las dietas hipocalóricas están contraindicadas en el embarazo. Es fundamental el control con un nutricionista para seguir la evolución del peso de la madre.

Se recomienda realizar actividad física que involucre principalmente los músculos del tronco y brazo, aeróbicos de bajo impacto durante 30-45 minutos, al menos tres veces por semana. Por supuesto, hay situaciones donde la actividad física está contraindicada como en casos de contracciones, hipertensión arterial, sangrado uterino y todas las que el obstetra considere que debe evitar.

En aquellas pacientes que usan insulina se indica medir la glucemia antes de realizar la actividad física. En cuanto a la medicación, sólo está aprobado el uso de insulina durante el embarazo y se recomendará en aquellas embarazadas con diabetes gestacional que no logren concretar los niveles de glucemia considerados deseables.

¿El control debe continuar después del embarazo?

–Sí, ya que tiene mayor riesgo de presentar diabetes gestacional en un próximo embarazo y a lo largo de la vida. En los niños nacidos de madres con diabetes que no tuvieron adecuado control metabólico se observó a largo plazo una mayor incidencia de obesidad y alteraciones metabólicas como la diabetes e hipertensión arterial.

Es importante identificar y corregir las alteraciones metabólicas antes de un embarazo. Pero una vez logrado el mismo le recomendamos que continúe con una vida saludable para evitar un excesivo aumento de peso. Las complicaciones durante el embarazo (como hipertensión y diabetes) predicen el riesgo de sufrir en el futuro más diabetes y enfermedad cardiovascular para la madre y, probablemente, para el feto en la etapa adulta.

–¿Las mujeres diabéticas deben planificar sus embarazos?

–Sí, las pacientes con diabetes pregestacional deben programar sus embarazos. En el Hospital Universitario de Maternidad y Neonatología funciona muy bien la “consulta preconcepcional”. Se trata de un equipo interdisciplinario en el que participan el obstetra, el endocrinólogo y el neonatólogo.

Planificar los embarazos, tener estilos de vida saludable y hacer la consulta preconcepcional son las mejores estrategias tanto para las que ya fueron diagnosticadas como diabéticas (tipo 1 y 2) antes de embarazarse como para las que ya están embarazadas.

Para que la madre llegue en las mejores condiciones requiere controles de glucemia, colesterol, peso adecuado, chequeo con el oftalmólogo. También, evaluar el funcionamiento de los riñones ya que la insuficiencia renal puede afectar la salud de la madre y la del niño por nacer.

Además, es importante el chequeo cardiológico y considerar si se suspenden o cambian ciertos fármacos que no se pueden usar durante el embarazo porque podrían dañar la salud del bebé.

Síndrome de ovario poliquístico

En diciembre de 2015, se presentó en la Sociedad de Endocrinología y Metabolismo de Córdoba un trabajo científico realizado por el Departamento de Endocrinología y Diabetes, la Cátedra de Farmacología Aplicada y Fisiología Humana de la UNC. El trabajo, del que Carolina Fux Otta es una de sus principales autoras, abordó el tema de las mujeres embarazadas con síndrome de ovario poliquístico y se detectó que la presencia de diabetes gestacional era tres veces mayor en las mujeres con síndrome de ovario poliquístico que en el grupo control sin la presencia de esta patología. Ese síndrome es considerado uno de los factores de riesgo para el desarrollo de diabetes gestacional. La investigación “Síndrome de ovario poliquístico: impacto en la salud reproductiva y materno-fetal” recibió el premio al mejor trabajo en el área clínica de esa especialidad.

Prevalencia
En una investigación realizada en el Hospital Universitario de Maternidad y Neonatología de Córdoba, la prevalencia de diabetes durante el embarazo fue del 8 por ciento. Hace unos años, en Argentina la prevalencia de esta patología se determinó en un 5 por ciento. En la actualidad, aunque se están desarrollando estudios multicéntricos para actualizar esas cifras.
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