El Doctor Arroyo anda tristón.

El Doctor Arroyo es el endo de Ángela, y de todos los niños de Cáceres. Yo no lo conozco mucho, tan solo le he tratado 3 o 4 veces, acompañando a Ángela y hablando sobre todo de los avances, de las bombas, de los medidores. Pero últimamente se le ve tristón, Montse también se lo ha notado. El caso es que su familia vive en Badajoz, y hace tiempo por fin le concedieron el traslado a esa ciudad, y estar así más tiempo con los suyos. Pero el doctor Arroyo anda tristón, y más tristón según se le acerca el día de dejar Cáceres, porque le da pena dejar a sus enfermos, porque el Doctor Arroyo es de los que se dejan el alma por sus enfermos, de los que pelean, de los que no se rinden, porque el doctor Arroyo trata a sus pequeños enfermos como si fuesen sus propios hijos. El Doctor Arroyo no duda en poner bombas a sus niños, y es pionero en España en ponerles medidores continuos. Solo hace falta entrar en su consulta, es atravesar la puerta de “Hospital de día” y sabes que estas como en casa, que solo vas a tener de las enfermeras (en otra ocasión hablaré de ellas) y del Doctor apoyo y dedicación.

El doctor Arroyo anda tristón, y los padres de sus hijos también, porque sabemos que como él hay muy poquitos, pero que muy poquitos, y supongo que él anda dándole vueltas a la cabeza, como cuando un hijo se te va fuera de casa.

Gracias, Doctor Arroyo.

Comentarios

  • Gracias, Juan Luis.
    El martes voy con Noe al Doctor Arroyo, sin duda el mejor, como poco de Extremadura. Solo he hablado con él dos veces y, como todo lo nuevo, tenía mi reparo aunque estaba segura que cambiarnos con él había sido la mejor elección, pero sólo he tenido que leerte para tranquilizarme y saber que sin duda será lo mejor para Noe.
  • Bueno, pues ya ha transcurrido un año desde que el Doctor Arroyo estaba triston y se ha marchado a enseñar a vivir con la diabetes a más niños. Nuestra separación del Doctor Arroyo ha coincidido también con el adios al Hospital de Dia, ya que David ha cumplido los 16 y pasa a adultos, que pena después de esos ocho años, nosotros también estamos tistes, pero hemos prometido que cada vez que vayamos al Hospital le daremos un beso a Inmaculada y a Mercedes, los otros angeles de la guarda. Gracias, muchas gracias, de verdad de la buena, de la que no se olvida.
  • Hola Chus, qué alegría saber que eres de aquí...Es verdad, qué agradecidos hemos de estar a a Inma y Mercedes, siempre tan cariñosas y tan dedicadas. Son como una parte de la familia....Nosotros afortunadamente aún tenemos unos años por delante. Ángela tiene 11, pero sí el destete tiene que notarse....Un día pediré permiso a una amiga, mamá de la niña que debutó con Ángela y que ha pasado ya a adultos, para poner un relato que les dedicó en su despedida.
    Y del Dr. Arroyo, qué decir, ha dejado un buen legado y ahora se va a conquistar otras tierras, bastante necesitadas....
    Yo también eternamente agradecida.
    De los buenos tiempos, siempre quiero más...
    Mamá de Ángela, ¡16 añitos, fiera!. Debut: octubre de 2003.
    Bomba insulina Medtronic Paradigm Veo desde junio 2005
    Última hemo 6.1
  • Dicho y hecho...Permiso concedido. Os pongo el relato de Pilar:

    Blanco y verde.

    La niña se sienta sobre las sábanas impecables. Sus ojos claros se llenan de preguntas que nadie sabe contestar. Su mirada lanza a través del silencio mensajes sin palabras. Esos mensajes que sólo se leen en los momentos cruciales de la vida: el silencio lleno de palabras, de los desaparecidos, el silencio del hospital; un silencio como las sábanas: blanco y verde.

    Desfilan ante la niña plásticos y metales, agujas y recipientes, máquinas y números Hasta ahora, las agujas estaban en el cuento de la bella durmiente, o marcaban la hora en el reloj de los siete cabritillos. Ahora le devuelven la vida. Ella se aferra a la fantasía y juega al juego de la sangre con otra niña igual que ella. Los adultos, mientras, aprenden la gran lección de vida de los más pequeños, capaces de digerir los más enormes sucesos… en blanco y verde.

    Las madres, con el corazón derrumbado, pero no por ello menos valerosas, pintan sonrisas que contienen la amargura. Otras sollozan en los rincones, las menos fuertes, en apariencia. Y llega la noche…el juego continúa. Hadas madrinas salen y entran de los cuartos de los niños, velan su sueño, miden, cuentan, sonríen, acarician, se enfadan, juegan, cuidan. Consuelan a las madres que lloran. Hadas Madrinas vestidas de blanco y verde.

    La familia son los niños y las madres, y más niños y los magos de fonendoscopio, y las hadas madrinas con varitas en forma de aguja. Los días pasan y el mundo se queda fuera, cada vez más distante, cada vez más lejano y diferente. Parece que nunca existió otra vida fuera de allí. La prisa por salir se atenúa. Un día los niños ya no quieren irse. La vida ya es para ellos en blanco y verde.

    Y llega el día esperado con miedo. Las puertas se abren a la vida. La niña coge el pequeño maletín con agujas y pócimas mágicas que sostienen su vida. Las hadas madrinas la despiden. Ella les sonríe lanzando besos con su mano de deditos agujereados, llenos de esperanza. Una esperanza de colores… blanca y verde…

    A todos los Magos y Hadas Madrinas que velan el sueño de los niños.


    Autora: Clave de Sol.
    De los buenos tiempos, siempre quiero más...
    Mamá de Ángela, ¡16 añitos, fiera!. Debut: octubre de 2003.
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    Última hemo 6.1
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